Hábitat: Los charranes requieren zonas costeras, lagunas y marismas para alimentarse y reproducirse. El Delta del Ebro, con su extensa red de lagunas, marismas y zonas costeras, proporciona el entorno perfecto para estas aves.
Reproducción: Algunas especies de charranes eligen el Delta del Ebro como lugar de nidificación. Suelen preferir zonas con sustrato arenoso o de grava, a menudo en islas o en zonas con poca vegetación, donde ponen sus huevos directamente en el suelo.
Migración: Durante las migraciones, muchas especies de charranes hacen escala en el Delta del Ebro para descansar y alimentarse antes de continuar su viaje. Esto hace que el delta sea una zona crucial para la supervivencia de estas especies durante sus largos viajes migratorios.
Alimentación: Gracias a la rica biodiversidad del Delta, los charranes encuentran una abundancia de peces, que son su principal fuente de alimento.
Observación de Aves: Los charranes, con su espectacular técnica de pesca y sus elegantes vuelos, son un atractivo para ornitólogos y aficionados a la observación de aves que visitan la región.
Conservación: Al ser aves sensibles a las alteraciones en su hábitat, los charranes pueden verse afectados por actividades humanas como el turismo descontrolado, la contaminación del agua o la degradación del hábitat de nidificación. Por lo tanto, es esencial tener en cuenta las necesidades de estas aves al gestionar y conservar el Delta del Ebro.
Indicador Ecológico: La presencia y éxito reproductivo de los charranes puede ser un indicador de la salud de los ecosistemas marinos y costeros, ya que dependen directamente de la abundancia de peces y de un hábitat de nidificación adecuado.
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