

La Garza real (Ardea cinerea) destaca en el Delta del Ebro como uno de los mejores sujetos para la observación de aves. Con su imponente talla –hasta 1 m de altura– y su plumaje gris azulado con reflejos blancos en la cabeza y el cuello, llama la atención su pico largo y afilado, perfecto para pescar ranas y peces en aguas poco profundas. Habita en las riberas de lagunas, arrozales inundados y canales, donde permanece estática hasta lanzar su ataque. Dato curioso: al cazar, puede doblar el cuello en zig‑zag para ganar fuerza en la embestida. Se observa con mayor facilidad de febrero a junio, durante la temporada de alimentación intensa antes y durante la reproducción.
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